DEL ODIO AL AMOR HAY UNA ELECCIÓN

Pactan los enemigos de barniz

Apenas acabo la elección presidencial, la cordialidad primó entre bancadas opuestas, al punto que Correa dedicó tweets en apoyo a la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, quien se las ingenia para transformar las acusaciones de corrupción en el municipio en machismo. Luego, la muy pilla devolvió los elogios al exmandatario. Poco importa que hace menos de un mes el uno era el jefe de una “mafia” o “banda delictiva”, y la otra apoyaba la candidatura del “culpable del feriado bancario”.

Este sábado 15 de mayo pasará a la historia cómo el día que se confirmó que ambos partidos son lo mismo que acusan, también confirma lo que venimos diciendo, en Ecuador los extremos se atraen. ID y Pachakutik se vieron en un principio obligados a retrasar la estabilización, pues según Salvador Quishpe (Pachakutik), UNES habría pedido impunidad a cambio de apoyarlos para la presidencia de la asamblea, mientras CREO-PSC dijeron en un principio no estar dispuestos a negociarla a pesar de ser una minoría y tener el poder ejecutivo.

Coherente con sus discursos, Pachakutik y la ID se negaron a apoyar a UNES quien en elecciones los acusaba de representar a la derecha y hasta de ser enviados de la CIA. El negarse a negociar con UNES los obligaba a hablar con la derecha de CREO y el PSC. Sin embargo, existía el problema de que el apoyo del PSC a CREO era a cambio de la presidencia de la asamblea para el social cristiano, mientras Pachakutik y la ID no estaban dispuestos a soltarla tampoco. No había alianza posible sin que el legislativo intervenga en el poder judicial. Este es uno de los tantos ejemplos de por qué nuestro sistema político ahuyenta a quien desee ser honesto.  

El realismo mágico parece atravesar los Andes, pues ante la falta de opciones el PSC acabaría pactando con UNES para poner a Henry Kronfle en la presidencia del legislativo, lo que le costaría su alianza con CREO. El partido del presidente Lasso se rehusó a asumir el costo político de encontrarse del mismo lado que su contrincante reciente. Entre UNES y PSC completan 68 asientos, solo necesitarían dos independientes para lograr su acometido. A un voto de tenerla se quedaron, pero no por falta de independientes, al final el asambleísta César Rohon perteneciente al PSC preferiría abstenerse que unir los dos lados de la fuerza. Un voto que cambia el futuro político de un país.

Quienes aplaudieron de pie la traición de Lenin a Correa, pues “la lealtad es únicamente con el pueblo”, hoy denotan su hipocresía pues “en política la palabra es lo primero”. Más fácil es decir que no les importa las formas, ni si hay que venderle el alma a quien ellos mismo consideran el diablo, mientras consigan tomarse la punta de la pirámide. Luego de faltar a su palabra con sus compañeritos que de sociales y de cristianos poco tienen, CREO preferiría abstenerse en las siguientes votaciones, convirtiendo al viernes en un día de negociaciones.

Lógicamente, llegado el sábado, con las alianzas rotas, se formarían nuevas, CREO se unió a la ID y Pachakutik quienes ya tenían de su lado a algunos asambleístas independientes o de partidos menores. Alcanzó con las justas, 71 votos, para poner en la presidencia a Guadalupe Llori, asambleísta por la provincia amazónica de Orellana que conoció el olor de las cárceles durante el gobierno de Correa. Se explica que, difícilmente Pachakutik podría haber logrado un pacto con UNES sin desunificar a su partido.

La unión de PSC y UNES es la unión de los dos extremos, el social cristiano que históricamente ha controlado al país, junto con la elite política más reciente representada por el movimiento correista. Quienes nos leen saben que las elites políticas y económicas a veces coluden juntas para manejar el poder, y otras veces luchan por este. Acemoglu modela el funcionamiento de esas interacciones, las cuales explicamos en este artículo. En ese marco, la unión de CREO con el PSC era la de la elite económica con una elite política históricamente fuerte que veía su poder disminuir en tiempos recientes. UNES por otro lado, representa la elite política más reciente, mientras que la abundancia de curules de Pachakutik y la ID es nueva en el panorama político ecuatoriano.

Para CREO, juntarse a UNES tendría un costo político demasiado alto, siendo que justamente la mayoría de sus votantes no lo hicieron a favor de ellos sino en contra de estos últimos. Seguramente, el pacto entre cristianos y esperanzados tenga un costo considerable para los dos, por lo que tanto CREO cómo las dos fuerzas de la izquierda pueden aspirar a recolectar sus votos en una futura elección. César Rohon hizo que ese costo no tuviera beneficio por el momento. Quedaron dos grandes bandos, la elite económica representada por un partido de derecha supuestamente moderada aliada a dos fuerzas políticas viejas pero renovadas de un lado, y la vieja elite política neoliberal junto con la elite política socialista más reciente, ambas con pasado clientelista y autoritario.  Estas dos últimas solían odiarse, pero como nuestra bola de cristal indicó en un artículo anterior:

“Si vemos la política desde una perspectiva de mercado de largo plazo, el panorama es un poco menos optimista, pues cada uno tiene su “cuota de mercado” (voto duro), sin embargo, las mayores ganancias de un oligopolio se hacen en colusión entre empresas o partidos, como la política de Brasilia básicamente. Podemos inferir que la estrategia de la revolución ciudadana fue la de una entrada agresiva al mercado (populismo), que logró consolidar su base fuerte (clientelismo), y que ahora es una fuerza política permanente, como lo es el partido social cristiano desde el comienzo de los tiempos. Luego de esa entrada fuerte, una vez ya acomodados en el mercado, el autoritarismo (monopolio) se vuelve un gasto innecesario, cuando ya se logró penetrar dentro de la antigua élite.

Bajo esa vista pesimista pero económica, nada ha cambiado del 2006 para acá, la élite política se agrandó, pero el sistema que hace que un cargo electivo tenga un estatus de superioridad frente al ciudadano común sigue siendo el mismo. Volvemos al antiguo estado estable, que tan bien se describe en el clásico El Chulla Romero y Flores: “Al establecer en su verdad la existencia de cómplices a quienes se debía sancionar, halló con asombro que la enemistad entre esa gente era de barniz en la superficie, que un interés burocrático les unía, les encadenaba”.” 10 años de correísmo no habrían siquiera servido para cambiar de carcelero sino para tener otro más.

Recordemos que en un principio Lasso financió la campaña de la revolución ciudadana. En ese momento, y frente al boom de los recursos era beneficioso para la elite económica un crecimiento desde la izquierda para fortalecer la clase media y por tanto el consumo a través del multiplicador del gasto público, sin pagar el costo ligado a los impuestos.  Sin embargo, por lo mismo que el gobierno chino frena el crecimiento de sus empresas más grandes, la elite económica ecuatoriana reaccionó ante un poder político que la superaba.

Desde la perspectiva institucionalista neoclásica (político egoísta y racional), con el fin del boom de los recursos, estas dos elites ya no tienen los intereses alineados, pues su lucha por extraer el valor agregado del trabajo de los ciudadanos los opone. La nueva elite política (antes Alianza país, hoy UNES) buscaría apropiárselo con impuestos, mientras la elite económica con trabajo barato. Estas dos formas de extraer no pueden coexistir, lo que explica la separación de CREO con los poderes políticos tradicionales. También explica las acusaciones conspirativas del bigotón de cuestionables antecedentes llamado Nebot, en el medio ultraderechista de la Posta. Queda nomás la interrogante, ¿cuáles son los pactos que pusieron a Guadalupe Llori en la presidencia legislativa?

Cabe recalcar que, por muy poquito, en este round ganaron los partidos que en teoría están más próximos al centro. Como saben ustedes, todas estas alianzas pueden romperse y formarse según el ciclo lunar y los intereses que este atrae con las olas, por lo que todavía se pueden esperar muchas sorpresas en estos años. El electorado tiene memoria corta, por lo que la alianza de UNES y PSC no representa para ellos más que una batalla perdida, la guerra por el poder político sigue, y si el pueblo tiene suerte, no acaba hasta que estos la ganen, como por el momento parece ser el caso en Chile.

Cuando los intereses personales son más grandes que los colectivos, del odio al amor no hay más que una elección de por medio. Esta alianza es la confirmación de lo que les contamos semana a semana, la izquierda y la derecha solo existen en el discurso y los libros, no son más que ideologías importadas desde el norte económico para dividirnos y así controlarnos con mayor facilidad. En la práctica, la macroeconomía se maneja según intereses particulares cuyas ideologías no son más que una estrategia diferente de extraer el trabajo de los ciudadanos y los recursos naturales que a estos pertenecen. Por eso, antes de poder centrarnos en los desafíos de la ciencia macroeconómica es necesario fijarse en el manejo del sistema que pone las reglas de la sociedad y por consiguiente decide su rumbo económico. En el Periférico les invitamos a desprenderse de esas corrientes caducas y aprender con nosotros sobre INSTITUCIONALISMO e INTERVENCIONISMO ESTRUCTURAL.