Tenemos una transmisión de mecanismos microeconómicos hacía la macroeconomía, pues en los mercados concentrados, las empresas no imponen sus precios bajo el paradigma de la oferta y la demanda, sino basados en interacciones estratégicas con sus competidores. Así, por ejemplo, frente a una caída de la demanda, las empresas podrían temer reducir el valor por una posible “guerra de precios” subsecuente, prefiriendo así estrategias agresivas de inversión en marketing y posicionamiento. ¡Aumentando los costos todavía más en tiempos de crisis!
La coordinación de precios de las empresas es un fenómeno altamente estudiado en la economía industrial de todas las corrientes, la diferencia es que los ortodoxos creían que esta era una materia aparte, no ligada a la macroeconomía, cuando en realidad, en este punto del capitalismo de oligopolios internacionales, la economía industrial ES la macroeconomía. Los mecanismos de pacto tácito empresarial son varios, descritos en la investigación de Weber. A continuación, el más interesante y actual:
En una situación de competencia oligopólica, cada empresa tiene su parte de mercado, y puede perseguir la de las otras, sin embargo, la materia prima de un mismo mercado puede encontrarse con un cuello de botella debido, por ejemplo, a las sanciones económicas impuestas a algún país. Así, la oferta se reduce, las empresas ya no tienen suficiente producción para pelearle “territorio” a su competidor, de forma que todos adquieren un poder monopólico sobre su segmento de mercado, permitiéndoles aumentar el margen de ganancia debido a un nuevo poder de mercado causado por la escasez en el sector.
De esta forma la inflación inicial causada por disrupciones en la cadena de valores se propaga entre todos los mercados afectados por tales disrupciones y se amplifica por la dinámica de precificación de los oligopolios. Mientras, paradójicamente las grandes empresas se ven favorecidas por las recesiones, las pequeñas empresas no poseen la capacidad de escoger precios ni la misma resiliencia internacional, quedando a merced de las circunstancias, ¡Dando así todavía mayor mercado a las multinacionales!
Entretanto, las adoctrinadas autoridades monetarias aumentan la tasa de interés disque para “frenar el sobrecalentamiento” empeorando las condiciones crediticias de la pequeña empresa a la misma vez que aumentan el desempleo del consumidor. Básicamente, se ponen del lado de Goliat, como lo ha buscado toda la vida la economía ortodoxa, ya sea por bieses psicológicos o directamente deshonestidad intelectual.
Finalmente, cabe usar esta crisis para cambiar el pensamiento clásico de la inflación viéndola como siempre dependiente de las mismas variables y aceptar que tal numerito también es dependiente de la trayectoria histórica de cada país. De hecho, la inflación estructural especifica del caso Latinoamericano se debe a su constante desequilibrio en la balanza de pagos que refleja la importancia que tienen las exportaciones del mundo para nosotros mientras el mundo puede “remplazarnos” con facilidad (elasticidad ingreso de las importaciones y exportaciones se le dice).
No es coincidencia que en el Norte se estén adoptando estas enseñanzas, pues con los derrames que se vienen en el orden mundial, es una posibilidad que Europa se convierta gradualmente en una economía periférica tal como la nuestra.
Bibliografía
Noyola Vásquez, 1957, “Inflación y desarrollo económico en Chile y México”, Cepal
Weber, Isabella y Evan Wasner, 2023, “Sellers’ Inflation, Profits and Conflict: Why can Large Firms Hike Prices in an Emergency?” Universidad de Massachusetts