PREGUNTA 3 DE LA CONSULTA: ¿QUÉ DICE LA INVESTIGACIÓN?

¿Como se paga el ahorro en gasto político?

En estos tiempos de globalización, corrupción desenfrenada y populismo, la decepción con la clase política es común a casi todo el mundo. La gente quiere venganza, por lo que la propuesta de Lasso de reducir asambleístas no es nada nuevo ni original, cabe entonces analizar, ¿qué dice la investigación sobre “elección pública” al respecto de la reducción de legisladores?

Primero, veamos cual es la enmienda exactamente: se propone aumentar el número de legisladores nacionales de 15 fijos a 2 por cada millón de ecuatorianos; serían 34 considerando que el Ecuador tiene 17 millones de habitantes. A la vez que se aumentan los legisladores nacionales, se reducen los provinciales de 2 a 1 por provincia, haciéndolos más dependientes de la cantidad de habitantes. En ese sentido habría uno más por cada 250 000 habitantes, por lo que proporcionalmente Pichincha y Guayas tendrán mayor representación provincial que antes.

Esto significa directamente menor representatividad y mayor centralismo.  Es decir, las decisiones se tomarán de forma nacional más que subnacional. ¿Qué es lo que eso implica? Primero, se pondrá prioridad a los temas nacionales sobre los locales, es un problema para el medio ambiente pues justamente, las industrias contaminantes como la minería y el petróleo generan lucro para el gobierno nacional, mientras sus efectos son sufridos a nivel local, siendo que, electoralmente sea cada vez más conveniente permitir abusos locales por bienes nacionales.

También, existiría un intercambio económico entre dos variables económicas: habrá mayores economías de escala, pero menor información sobre las necesidades y preferencias de cada localidad a la que se atiende. La caricatura debajo ilustra este concepto pues, como ven la centralización permite juntar una mayor cantidad de recursos, así, en vez de unos bomberos casuales, es capitán América quien atiende el llamado de emergencia.

 Sin embargo, ese superhéroe si bien es más eficiente que un camión de bomberos, al cubrir toda América, no posee información suficiente sobre las diferentes localidades por lo que no tiene idea de la ubicación de Oruro, volviéndolo inefectivo. Un asambleísta nacional tendrá menor conocimiento de las necesidades de los pueblitos en la ruta del sol, los campesinos, o las numerosas comunidades amazónicas.

Justamente, Taagepera, de los primeros en estudiar el tamaño de las legislaciones, hizo un modelo que entrega el número óptimo de asambleístas para que la información fluya entre población y asambleístas: la ley de la raíz cubica. Insertando la población del ecuador, y su población políticamente activa (a través de la tasa de alfabetización), vemos que el número óptimo de asambleístas en Ecuador según esta “ley” sería de 371.  Es decir, pertenecemos al grupo de países subrepresentados; hecho especialmente grave tomando en cuenta la diversidad de cosmovisiones presentes en el país.

Le Maux y De Santo hicieron el favor de resumir la investigación económica sobre este tema. Al parecer, en muchos casos la cantidad de asambleístas esta relacionada al gasto público, entre otras razones, porque la reputación del gasto se distribuye a todo el sector político y los costos se dividen entre todos mientras la reputación del proyecto queda en quién lo propuso. En todo caso eso no señala mayor o menor eficiencia. Y menos gasto público no es precisamente lo que el Ecuador necesita, sobre todo a mismo nivel de impuestos.

Entre las ventajas se cuenta que el proceso de decisión de los legisladores debería ser más rápido, pues es más fácil ponerse de acuerdo entre menos personas, es decir menos representatividad, pero más leyes. A su vez, con menos asambleístas es más fácil para la población civil controlar las acciones de cada uno, reduciendo así la asimetría de información entre políticos y ciudadanos, mejorando así el proceso de rendición de cuentas.

A su vez, la excesiva cantidad de partidos políticos crea una “guerra de desgaste”, donde más que a proponer proyectos, los partidos se dedican a bloquear los proyectos de los otros haciendo que nada suceda. Reducir el número de asambleístas parece una solución al síntoma y no a la enfermedad, como tomarse un ibuprofeno para un tumor cerebral. Pues en realidad, lo que hay que modificar serían las leyes electorales, que regalan dinero y promueven la presentación de cualquier payaso con un mínimo de fama.

De hecho, la investigación indica que reducir legisladores vuelve la competencia política más feroz, pues las ganancias de ser asambleísta se multiplican. Así, el voto vengativo contra los corruptos de la asamblea” es contraproducente. Si el conocimiento popular tiene razón, que la asamblea se mueve por trueque o compra de votos, pues con menos será todavía peor. Al haber menos asambleístas, el voto de cada uno tendrá mayor valor, es decir se vuelve más caro. El precio de presentarse será más caro, y las ganancias de la corrupción más grandes, nomás que entre menos personas. Por eso no es conveniente argumentar con emociones.

Este aumento de los intereses en juego y por tanto de la competencia desleal afecta a su vez a la representación femenina, pues la Welch y Karnig, entre otros, evidencian que el porcentaje de mujeres se reduce conforme se reduce el número de legisladores (siendo lo contrario también verdad). No me pregunten por qué, pero aparentemente, cuando aumentan las apuestas, la competencia desmedida se vuelve más atractiva al sexo masculino (la famosa testosterona). El desbalance en la paridad de sexos se verá luego reflejado en las leyes. Reducir asambleístas es crear una clase política más poderosa y dominante.

La economía está hecha de intercambios, cuya importancia es más fácil de juzgar cuando se conoce la magnitud de cada efecto, sin embargo, en este caso, tendrá que juzgar usted con este poco de información ya que, para tener una respuesta precisa, habría que hacer un estudio, que evidentemente, el gobierno no contrató. Tantos expertos en el país para nomas de lanzar una consulta arbitraria que más parece conformarse a intereses personales que nacionales.

Referencias

Taagepera Rein, 1972 “The size of national assemblies”

De Santo, Alessia, Benoît Le Maux, 2022, “On the optimal size of legislatures: An illustrated literature review”

Welch, Susan y Albert K. Karnig, “Correlates of Female Office Holding in City Politics”

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Economista especializado en regulación de la competencia, con conocimientos variados en las diferentes temáticas de la disciplina: economía política, desarrollo, medioambiente, fiscal. Trabajé durante un año en una consultora financiera en Brasil (Fusiones y adquisiciones) y 4 años haciendo consultorías para CEPAL, además de una consultoría sobre salud mental y ambiente laboral en Chile, y otra de 6 meses sobre la historia del desplazamiento forzado en Mozambique para la London Bussiness school.

No solo entiendo los temas en los que me especializo, sino que trazo las diferentes relaciones entre ellos para tener una visión completa del panorama. Junto a eso, manejo bases de datos y softwares como Stata, asegurándome así que la narrativa y la estadística vayan de la mano. Hablo español, inglés, francés y portugués. Soy sociable, persistente, curioso, organizado, trabajo bien en equipo y bajo presión. Usted entrégueme un trabajo y yo seré especialista en el tema, pues siempre estoy dispuesto a aprender y me adapto a cualquier circunstancia, un día me encuentra haciendo presentaciones a altos funcionarios, al siguiente jugando fútbol en la favela.