ECONOMETRÍA: LA CAJA NEGRA DE LOS ECONOMISTAS

¿No es extraño? Los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas

En el año (-) 400 cae el imperio romano, y con él, caen libros y filósofos; occidente entra en los famosos años oscuros (“dark ages”), caracterizados por el auge de la ignorancia. Todo el conocimiento creado con el imperio desapareció junto a este; el analfabetismo se disparó. Llegó al punto que todos los tramites escritos se convirtieron en audiencias orales. El concepto de progreso y ambición simplemente no existían en los idiomas occidentales hasta ese punto. Fueron épocas de profundo aislamiento intelectual y social.

Si bien la sed de conocimiento puede extinguirse durante unos años, la sed de poder es una constante de la historia humana. Hasta el año 1085, la España pura de VOX era un territorio completamente musulmán llamado Alhambra. Ese año es la primera conquista de una ciudad importante islámica por parte del imperialismo cristiano. Toledo no se consideraba una conquista excepcional ni estratégicamente ganadora, sin embargo lo fue pues, los árabes no fueron los pioneros de la matemática moderna por nada, la biblioteca de esta ciudad tenía más libros que el resto de Europa en su conjunto. Esa biblioteca acumulaba más información y conocimiento que un continente entero.

Ese conocimiento fluyó de vuelta hacía Europa haciendo que redescubran la filosofía y el pensamiento lógico. La famosa transitividad que dice que, si por ejemplo, Liga de Quito es más grande que Fluminense, y Fluminense es más grande que Barcelona de Guayaquil, podemos deducir que Liga de Quito es más grande que Barcelona de Guayaquil. Se puede saber la relación entre dos cosas sin compararlas directamente. Todo tipo de deducciones lógicas se esparcieron por el continente. Thomas Aquino resumiría la victoria de la ciencia listando 3 cosas que Dios no puede hacer: pecar, hacer una copia de sí mismo, y un triángulo con un ángulo mayor a 180 grados.

Se dejo de incendiar a personas para determinar su culpabilidad dependiendo de su resistencia al fuego y en vez de eso se intentó reconstruir hechos, a pesar de no haberlos visto. Con esta ola de conocimiento, nace el concepto más importante de la ciencia moderna en los últimos 500 años, según los europeos: el REDUCCIONISMO. Las cosas complicadas pueden ser observadas desmenuzando sus componentes. Luego la suma de los componentes produce el sistema estudiado. Este es el método científico de occidente.

En los años 1960,  Hubel y Wiesel creyeron haber encontrado cómo funciona el córtex cerebral. Mostraron de forma reductiva como llega al cerebro la información visual del mundo. Cuando se estimula una célula precisa de la retina del ojo, esta se retransmite a una neurona precisa. Esa sería la primera capa del córtex cerebral, la cual reconoce puntos. Luego, la combinación de varios de estos mensajes intracerebrales llega a una neurona de la segunda capa que ya no reconoce puntos, sino líneas. Lo mismo para la siguiente capa de neuronas donde cada una puede reconocer una curva diferente.

Este reduccionismo indicaba que seguiríamos escalando por capas de neuronas que reconocen luego la tercera dimensión y el movimiento hasta llegar a una capa del cerebro donde cada neurona es capaz de reconocer e informar al pensamiento de una sola cosa. Así, existiría una neurona en nuestro cerebro que responde ante la cara de nuestra abuela. Unos científicos llegaron a demostrar que existía una que respondía ante Jennifer Aniston únicamente y no ante otros actores, lo raro fue cuando esa misma neurona también respondió ante la sinfónica de Australia. Se sabe hoy en día que detrás hay un sistema más complejo, pues para el reduccionismo infinito no hay suficientes neuronas en el cerebro.

La misma teoría económica cree poder calcular los precios y cantidades de equilibrio sabiendo las condiciones iniciales del mercado, pues el sistema complejo no sería más que la suma de sus componentes (Explicamos más a fondo esto en nuestro artículo sobre los orígenes de la desigualdad en América Latina). En ese sentido, la econometría es el método reduccionista de la economía, es la forma que se considera más contundente de probar causalidad entre dos factores (Por ser la más contundente, muchas veces es la menos aplicable al requerir de más información).

Por ejemplo, nuestro artículo sobre los efectos del petróleo en la economía muestra que este genera autoritarismo, corrupción, menos inversión en educación, impide el crecimiento de la industria, etc. Cada investigación económica se centra en uno de esos aspectos, al juntarlos todos tendrías el sistema llamado “economía petrolera”.

Sin embargo, ¡estos sistemas han demostrado siempre ser inexactos hasta en las denominadas ciencias exactas! Aproximan el resultado, pero existe una variación alrededor de este que llaman de “ruido”. La solución hasta ahora ha sido, ser todavía más reduccionista, pues esos errores de medición serían tan solo factores que no logramos observar. Para juzgar la fiebre de una persona se pone la mano en su frente para sentir el calor; para reducir el “ruido” o la variabilidad de esta técnica se inventaron los termómetros.  

Mientras más nos acercamos al fenómeno estudiado, mientras más se refinan las técnicas, mejor observación tendremos y menos variabilidad. El estudio de la econometría se trata de ir buscando técnicas que permitan observar los eventos y los datos con precisión máxima a pesar de las complicaciones de la realidad. Ser economestrista es básicamente investigar nuevos métodos (termómetros más exactos) para reducir la variabilidad de los resultados que arrojan los datos. Luego, el resto de los economistas usan esos descubrimientos para hacer pruebas en sus respectivos campos.

Una de las causas de variabilidad es el famoso “error por omisión de variable”. Simplemente al no tener todas las explicaciones, las existentes cobran más o menos fuerza. Por esto es que la investigación hace revisiones de la literatura, cada una trata de usar las explicaciones anteriores y agregar una. Todavía más arriba en la escala temporal suele haber un ejercicio teórico desprovisto de econometría. Ahí cambian a las personas y las variables por letras y los comportamientos siguen leyes probabilísticas. Ya ha pasado mucho desde Adam Smith y aun así muchos siguen usando el modelo de competencia perfecta para explicar el mundo.

Si bien los cálculos de la econometría pueden ser inentendibles, las ideas primarias que la engloban son de los más simple. Cualquier cosa que pueda ser transformada en estadística es la suma de sus causantes, cada una con su propia fuerza, o como le diría un economista, coeficiente. Estas estadísticas pueden ser de muchas cosas en un momento preciso del tiempo o ser medidas a lo largo de varios periodos. A veces se necesitan las dos.

Para que me crean que la intuición primaria es simple déjenme les cuento sobre John Snow, padre de la epidemiología moderna que inventó el método conocido como “diferencia en diferencia” y encontró la causa del cólera. Tan bueno era que según Game of Thrones también sabe cómo regresar de la muerte. La ciudad de Londres se vio afectada en 1849 por una epidemia de cólera que solo en ese año se cobró la vida de 14 000 enamorados. Para 1854, los funerales anuales celebrados por el cólera se habían reducido a 10 000.

En 1849, las dos compañías de agua existentes extraían del mismo lugar, sin embargo, en 1854 una se movió hacia otra parte del lago, al ver que las muertes en hogares donde proveía esa empresa bajaron, mientras las muertes de la otra empresa se mantuvieron estables, se concluyó que el cólera era culpa del agua sucia en un extremo del lago. La suposición adyacente es entonces que, en ausencia del cambio de lugar en el lago para extraer agüita de la tierra, las dos habrían tenido la misma “tendencia”, es decir el mismo porcentaje de cambio. Este es uno de los muchos métodos de la econometría, nomás que generalmente incluye más variables, como el nivel socioeconómico de la familia, la etnia, el sexo o el sector de la ciudad para determinar cuanto precisamente es causa o consecuencia de cada una de esas variables.

De hecho, el experimento sobre salario mínimo que explicamos en nuestro artículo sobre los premios nobel es hecho con esta metodología. Hasta hace poco, este tipo de experimentos solían usarse para evaluar acontecimientos aleatorios y arbitrarios del mundo. Sin embargo, ahora a los economistas europeos les gusta crear su propio grupo de control, evaluando y legitimando los “tratamientos” provistos por ONGs. En nuestra serie que se delata por el nombre “Caballos de Troya” hay dos artículos al respecto.

Otro método interesante es el que usaron para evaluar el primer “bono de impacto social” (artículo). Para medir el cambio en la reincidencia de una cárcel donde se dio apoyo psicológico y económico a los presos contra otra donde no se hizo nada, “matchearon” a los puestos en libertad de ambas cárceles según sus características personales (edad, etnia, situación social, etc.). Ya debe existir alguna aplicación de relacionamiento tipo Tinder que haga los matchs según la información que provee cada uno, aunque ninguna cantidad de propensión a gustarse superará la superficialidad (Black mirror discorda). En fin, luego de machear a los individuos, se evalúa qué tanto divergieron las probabilidades de cada lado del promedio esperado; y se juzga a la intervención.

Aristóteles explicaba que existen 4 tipos de causalidad diferente. Para la extracción de un pozo de petrolero se necesita primero que un político corrupto que se proponga hacerlo (causa finalis), luego, la pesada inversión y la escasa mano de obra (causa efficiens), los planos causan la forma de extraer (causa formalis) y finalmente la causa materialis, que serán los materiales de construcción.

Como nos dedicamos al reduccionismo, nos preguntamos primero, ¿por qué el político se lo propone?, y vemos que a su vez eso es causa del precio del petróleo, de la voluntad social, de la institucionalidad, de la cohesión social, (artículo) etc. Luego, nos damos cuenta de que su causa efficiens tiene un efecto directo en la sociedad: actividad poco intensiva en labor. La causa materialis a su vez afecta la decisión a través del costo de producción.

Todas estas causas tienen otras causas detrás y están fuertemente entrelazadas entre ellas lo que no permite reducir correctamente el sistema. Por lo que ninguna regla termina siendo definitiva, sino que están sometidas a las emociones de miles de humanos detrás de la decisión. Para desmentir toda la investigación sobre petróleo y desarrollo aparece Noruega, único país en este mundo que parece saber manejar el petróleo, pues su cohesión social creó instituciones que no se ven afectadas por el extractivismo. Los eventos anteriores al descubrimiento del petróleo fueron definitorios en su gestión, mostrando la complejidad del sistema a lo largo y ancho del tiempo.

Como ven la causa finalis siempre proviene de la decisión humana, la cual es consecuencia de sus emociones y pensamientos, por tal razón, los economistas no ven utilidad en criticar la moral de la decisión, sino que investigan las particularidades de la situación que lleva a la decisión a tomarlo a uno, como diría Saramago. En ese sentido, en nuestro sistema actual, el causante de casi todas las dificultades económicas humanas es el egoísmo, pues la MAXIMIZACIÓN de la avaricia individual rara vez coincidirá con la del bienestar social. Sin embargo, al no ser jueces de lo moral, el trabajo del economista es tan solo decir como transformar el comportamiento humano en ventajoso para la sociedad, sin coaccionarlo.

Muchas veces las soluciones reduccionistas son contraproducentes, pues al igual que el cerebro, la economía es un sistema complejo. Si bien, en el cerebro no alcanzan las neuronas para tener una para cada cosa, especialmente si va a haber una para Jenifer Aniston, nuestras neuronas no han demostrado ser diferentes de las de los simios, la diferencia cerebral que tenemos es de cantidad, no de calidad, pues como dijo Kasparov cuando fue el primer gran master de ajedrez en ser derrotado por una máquina, la cantidad ES calidad.

La complejidad aumenta exponencialmente con la cantidad de neuronas, pues con cada neurona aumentan las conexiones entre estas. Lo que diferencia los cajones de nuestro cerebro con los de la computadora (no por mucho tiempo) es que nuestras neuronas cruzan la información entre ellas, por lo que a veces tenemos cosas en “la punta de la lengua”; la memoria no estaría en un cajón. De la misma forma con cada humano se multiplica la información y las reacciones que pasan por el mundo, aumentándose al sistema caótico e imprevisible que lo rige. Si las neuronas son un sistema complejo, ¿cómo no lo va a ser la interacción de miles de redes neuronales (humanos) entre ellas? De ahí que la corriente económica más reciente e innovadora sea la “economía de la complejidad”, la cual intenta explicar el funcionamiento social con los mismos sistemas caóticos que rigen a la naturaleza.

Esta corriente toma fuerza en 2008 tras la crisis económica que no estuvo prevista en ningún modelo. Arthur (2013) define los sistemas complejos como sistemas que consisten en individuos en interacción constante que cambian sus acciones y estrategias en respuesta al resultado que producen mutuamente. La economía no sería determinista, predecible y mecanicista, sino dependiente del proceso, orgánica y en constante evolución. Esto querría decir que contrario a todo el estudio económico pasado, no existe un equilibrio de largo plazo, pues el efecto mariposa domina los mercados. En ese sentido, para entender los sistemas complejos de la economía habría que estudiar paralelamente los comportamientos micro con sus consecuencias macro. Estos son los retos que le esperan a usted, futuro estudiante de economía.

Referencias

Arthur, W. B. (2013) Complexity Economics: A Different Framework for Economic Thought.

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Economista especializado en regulación de la competencia, con conocimientos variados en las diferentes temáticas de la disciplina: economía política, desarrollo, medioambiente, fiscal. Trabajé durante un año en una consultora financiera en Brasil (Fusiones y adquisiciones) y 4 años haciendo consultorías para CEPAL, además de una consultoría sobre salud mental y ambiente laboral en Chile, y otra de 6 meses sobre la historia del desplazamiento forzado en Mozambique para la London Bussiness school.

No solo entiendo los temas en los que me especializo, sino que trazo las diferentes relaciones entre ellos para tener una visión completa del panorama. Junto a eso, manejo bases de datos y softwares como Stata, asegurándome así que la narrativa y la estadística vayan de la mano. Hablo español, inglés, francés y portugués. Soy sociable, persistente, curioso, organizado, trabajo bien en equipo y bajo presión. Usted entrégueme un trabajo y yo seré especialista en el tema, pues siempre estoy dispuesto a aprender y me adapto a cualquier circunstancia, un día me encuentra haciendo presentaciones a altos funcionarios, al siguiente jugando fútbol en la favela.