¿En cuál de los futuros posibles estamos?
Uno de los hobbys preferidos de los pensadores económicos es predecir hacía donde se dirige el mundo en el largo plazo. Al igual que un futbolista haciendo cascaritas, no le pagan por eso, pero si lo hace bien, gana puntos. Marx pensaba que el comunismo sería una meta irrevocable del capitalismo pues este conduciría necesariamente a la indignación y revolución de la gente. A su vez, los teoristas del libre mercado aseguran que a través del egoísmo y la competencia se terminarían igualando los salarios y los precios alrededor del mundo. Ambas teorías demostradas erróneas en este corto plazo de 200 años.
En vez de entregar un destino final irrevocable y aplicable al mundo entero, los dependentistas prefirieron analizar la interacción de la región con respecto al resto del mundo, y ver adonde esta podría dirigirse. Desde la revolución industrial el Norte ha buscado imponer el libre mercado en todo país que no sea el suyo, justamente para evitar que al proteger su industria el mundo en desarrollo pueda especializarse y competir. Aumentando las disparidades entre países, la especialización se vuelve microeconómicamente más atractiva, pues llenando los mercados del mundo entero, cada centavo ahorrado en la producción se repetirá más veces, haciendo que las economías de escala se vuelvan especialmente jugosas.
En 1970, Helio Jaguaribe (sociólogo brazuca) PREDIJO varios futuros posibles para la posición mundial de Latinoamérica con respecto a su autonomía económica y política frente al resto del planeta. Tras la colonización, los lideres asesinados y los golpes de estado que dieron forma a nuestro sistema político, Helio nota que la interacción latinoamericana con el mundo estaba (¿está?) marcada por 3 características esenciales: estancamiento estructural, marginalidad y desnacionalización.
El estancamiento se reflejaba en la economía a través de un crecimiento del PIB por cabeza cuasi nulo. Las estructuras que mantienen este estancamiento habrían sido una sociedad cerrada, basada en el control del poder, los mercados y la educación para unos pocos; a su vez estos oligopolios determinaron una economía primaria de exportación, a través de una mano de obra abundante de subsistencia (pinche aquí para una explicación más completa).
La desnacionalización presenta varias facetas, en lo económico, las multinacionales extranjeras disponen de un poder político muy superior a las locales, creando así una integración de los mercados independiente de los proyectos de integración locales. Así, a la empresa Latinoamericana no le sobraba otra que convertirse en filial de la multinacional.
En lo que respecta a la creación de conocimiento, vemos como los estudiantes se dedican casi exclusivamente a transmitir el saber exterior, sin crear epistemología propia en las universidades locales. En vez de acumular conocimiento, lo importamos, ocasionando un proceso de dependencia donde cada generación nueva empieza desde cero. Básicamente, la producción no genera capital (inversión) nacional y la tecnología no acumula conocimiento para las generaciones futuras.
El poder militar (convertido en político, como lo muestran las dictaduras) también fue desprovisto de su sentido nacional, manteniéndose alineado con los Estados Unidos y sus intereses, pues más fácil lavar el cerebro de par militares predispuestos, que de todo un país. La dependencia de las fuerzas armadas latinoamericanas a Estados Unidos aumenta su capacidad para controlar el poder político, siendo así que la dependencia es atractiva para la cúpula militar.
Se logró este alineamiento según Helio por 3 factores: como clase social los militares tienen interés en defender el statu quo, el anticomunismo, que vinculó la ideología de las fuerzas armadas a la ideología gringa; y, el interés corporativo de las fuerzas armadas en acceder a técnicas y equipos gringos que, en el cuadro de la mencionada dependencia tecnológica, solo son accesibles de esa forma. Un ejemplo actual es la guerra de Ucrania, donde todo occidente pliega su milicia a los intereses de Estados Unidos como si fueran los suyos.
A su vez, la marginalidad está compuesta por dos contrastes: entre la región y el mundo desarrollado y; entre los sectores urbanos y modernos frente al sector rural y atrasado de cada país. En Europa, la perdida de trabajos por el alza de la productividad agrícola se tradujo en trabajos nuevos en el sector industrial. Dado que Latinoamérica solo importa la tecnología, el uso intensivo de esta no le genera más trabajo para sus habitantes. Así, los trabajadores del campo migraron a la ciudad, y al no conseguir empleos en la industria, se dedican a empleos informales de servicio que permiten apenas condiciones de subsistencia, creándose así cinturones de miseria alrededor de las urbes de la región.
Estas tendencias plantean 3 futuros posibles, siendo el primero el que se consideró en la época el menos probable, el que ya estaba atrasado para comenzar a suceder y el que NO vivimos actualmente. Ese futuro sería el de autonomía: los países tomarían las medidas para los cambios estructurales necesarios en camino de tomar sus propias decisiones comerciales y políticas, permitiendo a Latinoamérica mantener sus propias formas configurativas.
El siguiente panorama, más realista, es que la situación de DEPENDENCIA SATELIZANTE profundicé dichas tendencias hasta que la clase media, compuesta por subélites que apoyan al poder hegemónico localmente, terminé marginalizada. Sucede que, las revoluciones no se dan por el descontento de las masas, sino justamente debido a la capacidad organizativa de las subélites estratégicas. Tanto la revolución francesa como la independencia de América fueron movimientos impulsados por la burguesía.
Así, el sector dirigente se vería crecientemente obligado a gastar recursos en coaccionar a la población o/y financiar empleos que no resultarían de crecimiento económico, sino que permitan mantener el equilibrio de poderes, creando un financiamiento parasitario para los solidarios del poder. Ambas dos generan déficit político y financiero originando una demanda de asistencia a la potencia hegemónica, la cual no tendría recursos para financiar a TODOS sus satélites. Siendo que se entreveían dos posibilidades.
- Si Estados Unidos no hace nada, habría de suceder un proceso Chino (como definido en los 70s) dentro de la región, llegando así a una América Latina Socialista. Sucedió a medias en algún punto durante el boom de la materia prima, no se mantuvo.
- Estados Unidos reacciona provincializando nuestras áreas a través de ejecutivos funcionales a ellos, con ética de eficiencia e incentivos que los llevan a actuar siempre en interés del Imperio. En la colonización luso-africana se llamaba de CIPAIOS a aquellos africanos que escogían la aculturación y luchar por el ejército portugués a cambio de los privilegios que esto les traía. Los executives serían la versión moderna y latina, siendo así también cipayos en el sentido hispanohablante. Traducido a la actualidad, Estados Unidos paga una subvención satelital a América Latina a través de la mal llamada “ayuda internacional”.
¿Qué tan acertados fueron los pronósticos de Helio? Tal como lo predijo, la marginalidad daría un empujón socialista en Latinoamérica y efectivamente, los siguientes 20 años Estados Unidos mantendría su hegemonía en el continente por medio de la coerción de las dictaduras. Sin embargo, en los 90 no se pudo mantener más el método represivo, volviendo el continente a su sistémica inestabilidad económica y política.
Esta vez fue el turno de intervenir de las “agencias de desarrollo” provenientes del norte influyendo en las políticas locales, convirtiendo a nuestros tomadores de decisión en sus executives haciendo que se favorezca la producción exterior, desplazando a la nuestra al punto de llegar a un fenómeno de desnacionalización cultural convirtiendo a Latinoamérica en lo que Helio temía: “un área geográfico-antropológica cuya organización se decide desde un centro hegemónico dirigente”.
Así, hoy en día Chile y Argentina tienen como TRAGO DE IDENTIDAD NACIONAL a la “Piscola” y al “Fernet”, ambos INCONCEBIBLES sin coca cola, para consiguientemente bajonear la noche en el Mcdonalds. Las salas de cine se ven copadas por tramas gringas, trasladando sus costumbres a la vida real, como comer pavo en navidad, y a veces mezclándose con las nuestras siendo que en Ecuador por año nuevo se quema al hombre araña en vez de algún personaje local.
Las previsiones de Helio al ser de los 70, no calcularon la llegada de un mundo multipolar, siendo que a América Latina se le presenta la posibilidad del socialismo no a través de la revolución sino de la misma democracia liberal, pero con el apoyo del contendiente al poder Hegemónico: China. A pesar de la desnacionalización y la creciente dependencia de la región, una América Latina socialista vuelve a ser una opción en la década de los 2000’s.
Según The Dialogue, entre 2007 y 2017, cuando las calificaciones de agencias de crédito fueron las más bajas, el continente recibió en promedio 12 mil millones de dólares anuales de financiamiento chino a bajas tasas de interés. Intrigantemente, para 2018 y 2019 los montos ya habían bajado considerablemente alrededor de los 2 mil millones, y desde 2020, el continente no volvió a recibir un centavo chino. Este financiamiento fue REMPLAZADO por el del FMI, el cual a su vez estuvo ausente durante el boom de los recursos (porque ambos NO PUEDEN COEXISTIR).
Dime quien te paga y te diré para quién trabajas. Los últimos años Estados Unidos retomó su poder hegemónico en Latinoamérica, su satélite histórico, mientras, a cambio, deja que los chinos se apropien del satélite históricamente europeo: África. Así, notamos que, a pesar del regreso de la izquierda, el discurso antimperialista de los lideres Latinoamericanos se apaciguó, y los periódicos gringos que operaban contra Lula, hoy, le hacen propaganda.
Por tanto, es posible imaginar que, en la situación actual de regionalización de las cadenas de valor, Estados Unidos busque liderar al continente bajo un régimen más equitativo e igualitario (“la opción comunitaria” según Helio); o al contrario profundice hasta agotamiento el sistema actual que ya tambalea constantemente (como sucede en Perú). Posiblemente, la estrategia dependa del país. En todo caso, vemos que si una de las posibilidades que pronosticó Helio se cumplió, el mundo es un sistema dinámico lejos de llegar a un equilibrio definitivo, por lo que toda profecía corre gran riesgo de ser pasajera.
Economista especializado en regulación de la competencia, con conocimientos variados en las diferentes temáticas de la disciplina: economía política, desarrollo, medioambiente, fiscal. Trabajé durante un año en una consultora financiera en Brasil (Fusiones y adquisiciones) y 4 años haciendo consultorías para CEPAL, además de una consultoría sobre salud mental y ambiente laboral en Chile, y otra de 6 meses sobre la historia del desplazamiento forzado en Mozambique para la London Bussiness school.
No solo entiendo los temas en los que me especializo, sino que trazo las diferentes relaciones entre ellos para tener una visión completa del panorama. Junto a eso, manejo bases de datos y softwares como Stata, asegurándome así que la narrativa y la estadística vayan de la mano. Hablo español, inglés, francés y portugués. Soy sociable, persistente, curioso, organizado, trabajo bien en equipo y bajo presión. Usted entrégueme un trabajo y yo seré especialista en el tema, pues siempre estoy dispuesto a aprender y me adapto a cualquier circunstancia, un día me encuentra haciendo presentaciones a altos funcionarios, al siguiente jugando fútbol en la favela.